Energía asequible y no contaminante, uno de los 17 ODS para 2030
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Autor: Clio Beruete
El cambio de modelo energético es fundamental para conseguir la transformación de muchos sectores, desde la industria al empleo, pasando por la producción de alimentos. Y es que la energía es un elemento indispensable para el buen funcionamiento y desarrollo de todas las sociedades del planeta. El reto que ahora se plantea es conseguir que esa energía sea asequible y no contaminante. Éste es precisamente, el séptimo punto de los objetivos de desarrollo sostenible marcados por Naciones Unidas para las próximas décadas.
Actualmente existen en el mundo cerca de 3000 millones de personas que dependen de los combustibles como el carbón, el carbón vegetal y la madera para cocinar. De ellos, el 50% están en el África subsahariana. Este tipo de tecnologías no solo es contaminante sino poco eficiente.
Y es que la energía es el elemento que contribuye más decisivamente al cambio climático, concretamente es el responsable del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Especial atención requieren el transporte y las calefacciones de los inmuebles, que están sufriendo una inmensa transformación para conseguir descarbonizarse.
Y es que tanto el transporte como los edificios son los principales responsables de la contaminación del aire en las grandes ciudades. Así, la población que reside en ellas está sometida a grandes cantidades de contaminantes que provocan serios problemas de salud pública. En particular, el 40% de las emisiones de CO2 provienen de los inmuebles. Por eso, es fundamental el papel que puede jugar la energía solar fotovoltaica y la eólica en la disminución de las emisiones.
Por otro lado, parece fundamental apoyar iniciativas económicas y tecnológicas que permitan dar este salto cualitativo necesario hacia la energía limpia y accesible. Así el objetivo es aumentar la cantidad de energía renovable generada, incidiendo en aquella de origen verde.
La energía eólica y solar fotovoltaica, una gran oportunidad
La energía eólica y la solar tienen aquí su principal oportunidad de expansión. El sol y el viento son fuentes de energía limpia, inagotable y gratuita por lo que pueden suponer una verdadera posibilidad de democratización de la energía. Además no solo permiten la reducción de las emisiones de gases contaminantes sino que contribuyen a mejorar la eficiencia energética tanto del sector público como del privado.