¿Qué son las energías renovables?

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Autor: Clio Beruete

Ciertamente el mundo energético vive momentos de transición. Un giro decidido hacia una generación de energía más limpia y sin emisiones de dióxido de carbono. En este sentido, las energías renovables cobran un gran protagonismo que se verá especialmente incrementado en los próximos años.

Pero veamos, ¿tenemos claro a qué nos referimos cuando hablamos de energías renovables? Bien, este tipo de energías son aquellas que se obtienen mediante fuentes de orígen natural y que previsiblemente son inagotables. En este sentido, conviene destacar también que las hay contaminantes y no contaminantes. Así, pues, en el segundo grupo encontramos varios tipos; la energía solar, eólica, hidráulica, mareomotriz, geotérmica y undimotriz. Ahondemos en cada una de ellas.

Tipos de energía renovable

Energías renovables como decíamos hay muchas, pero no todas se consideran verdes o limpias. Este es el nombre que reciben las que no contaminan en su proceso de generación, aunque sí debemos tener en cuenta el impacto de los materiales con que se fabrican o incluso el impacto medioambiental de algunas de ellas. En cualquier caso, las detallamos.

La energía solar se obtiene mediante las radiaciones del sol al iluminar los paneles solares, que convierte en energía eléctrica. En este sentido, podemos encontrar dos tipos de energía solar, la térmica y la fotovoltaica.

La energía solar térmica es aquella obtenida a través de los paneles solares que convierten esa energía en calor. Normalmente se destina a calentar agua o para la calefacción y la refrigeración de los edificios. Por otro lado, la energía solar fotovoltaica es aquella que, a través de los paneles solares, convierten la radiación solar en energía eléctrica gracias a la acción de las células fotovoltaicas. Esta electricidad se produce en corriente continua y un inversor la transforma en alterna para alumbramiento, electrodomésticos y resto de necesidades eléctricas que pueden surgir en un hogar, oficina o edificio.

La energía eólica, por su parte, es aquella que proviene del viento. Se trata del aprovechamiento de la energía cinética que provocan las masas de aire y que a través de aerogeneradores o molinos se convierte en electricidad. La energía eólica puede instalarse en tierra pero también en el mar. De hecho, la producción de energía eólica es más estable en las instalaciones marinas que en las terrestres aunque los costes de mantenimiento e instalación son claramente mayores. También su impacto ambiental, sobre el medio marino, lógicamente.

Curiosamente, a finales de 2018, España tenía instalada una capacidad de energía eólica de 23 507 MW. Esto representaba el 22,6 % de la capacidad total del sistema eléctrico nacional. En este sentido, nuestro país ocupa la cuarta posición del mundo en cuanto a potencia instalada. Solo China, EE. UU. y Alemania se encuentran por delante. 

El agua es también una fuente de energía renovable. Tanto los ríos como los mares pueden utilizarse para producir energía. De ellos surgen tres tipos de energía: la hidráulica, la maremotriz y la undimotriz

Todas ellas se producen a través de la energía cinética y potencial que provocan las corrientes de agua en los ríos y las mareas en el mar. En este sentido la energía hidráulica se consigue a través de la utilización de saltos de agua, represas o molinos. Este agua pasa después por una turbina hidráulica que posteriormente un alternador convertirá en energía eléctrica. 

Por otro lado, también las olas del mar se aprovechan para generar electricidad, se conoce como energía undimotriz. Separadamente, encontramos el aprovechamiento de las corrientes marinas de dos modos distintos. El primero es el mismo que se utiliza para producir la energía que surge de las corrientes de los ríos y es conocida como energía maremotriz. El segundo, es aprovechar la diferencia de temperatura entre el agua de la superficie y las corrientes marinas más profundas. Esta energía se conoce como energía maremotérmica. 

La tierra también es otra gran fuente de energía renovable. Se trata de la energía geotérmica que aprovecha las altas temperaturas del interior de la tierra para producir energía a través de procesos de conducción y convección. 

Llegamos pues al último tipo de energía renovable que podemos encontrar. Se trata de la biomasa o el biocombustible. Sin embargo, hay que saber que éstos sí son en cierta medida contaminantes, porque su proceso de generación emite gases de efecto invernadero. 

Todas son energías renovables pero ¿son verdes?

Debemos recordar que el término renovable implica que su utilización es repetitiva e inagotable, pero no implica per se que sea limpia. De esta forma, hay que ser claros y decir que no, no todas son verdes. Es decir no todas son cero emisiones. Las energías limpias o verdes son aquellas que no emiten CO2 durante su generación. 

Otra cuestión que hay que contemplar es el impacto ambiental que suponen algunas de ellas. Puede que no liberen contaminación en forma de gases de efecto invernadero pero sí tienen un impacto ambiental. Por ejemplo, es el caso de la energía eólica marina o la propia energía maremotriz, suponen un impacto en el medio marino, lo alteran. 

Y, por supuesto, en todas estas energías hay que contemplar su propia eficiencia, es decir la relación entre costes de inversión y mantenimiento con respecto a la cantidad de energía obtenida y aprovechable. Tomando el mismo ejemplo, la energía eólica marina, tiene unos costes de inversión y mantenimiento mayores que la instalada en tierra firme.

Por eso, la energía solar fotovoltaica está despegando tan rápidamente. Porque los costes de fabricación de los paneles solares han bajado, reduciendo así los costes de inversión para una rentabilidad más alta a la hora de producir energía, sobre todo ahora que el autoconsumo energético está permitido, se fomenta y el ciudadano particular puede acceder a él con mayor facilidad.