El inversor, pieza clave en una instalación fotovoltaica

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Autor: Clio Beruete

La fotovoltaica ya es, a día de hoy, el modo más económico de producir energía. Esto es gracias, entre otras cuestiones, al abaratamiento de los paneles solares. Eso y una legislación favorable al autoconsumo energético se está convirtiendo en una gran oportunidad para impulsar la transformación energética, para crear empleo local y para generar riqueza económica. 

Así, la instalación de paneles solares fotovoltaicos en inmuebles residenciales, comerciales y edificios públicos puede ser una medida decisiva para la descarbonización del parque inmobiliario. 

Así, una de las principales ventajas de la instalación fotovoltaica es su sencillez. Tan solo consta de dos elementos fundamentales, los paneles solares fotovoltaicos que convierten la luz solar en energía, y el inversor que es el encargado de convertir esa corriente eléctrica en electricidad útil para el edificio.

De este modo, cuando pensemos en instalar fotovoltaica deberemos tener en cuenta qué inversor queremos instalar. En este sentido, hay que mencionar que existen dos tipos de inversores: aquellos centrales y los microinversores.

En este sentido ambos son soluciones viables, aunque entre ellos presentan diferencias que debemos contemplar.

¿Qué diferencia el inversor central del microinversor?

Cuando hablamos de inversor central, estamos refiriéndonos a un solo aparato, y si decimos microinversores estamos hablando de varios. Así mientras que el inversor central canaliza a través de un solo aparato el procesado de la energía proveniente de los paneles solares, los microinversores, son más pequeños, ligeros y se encuentran colocados debajo de cada panel. Así, el primero canaliza la electricidad producida hacia el cuadro eléctrico de la casa. Lo hace convirtiendo la electricidad que llega de los paneles solares de corriente continua a corriente alterna para su posterior uso dentro del edificio. 

Los segundos también convierten la electricidad generada por cada panel, de corriente continua a alterna, aunque en este caso, su función también consiste en optimizar la producción del panel porque hace trabajar a cada módulo en su punto de máxima potencia. Así, una de las grandes ventajas de este sistema es que minimiza el efecto sombra de aquellos paneles que tengan zonas sombreadas sobre ellos. En instalaciones que constan de un inversor central, los paneles solares se encuentran conectados entre sí, pasando su energía de uno a otro hasta llegar al inversor. Esos paneles suelen ir conectados en bloques, denominados strings. En este sentido, el inversor central se encarga también de volcar el excedente de energía a la red eléctrica general.

Otro modo de organizar la instalación, como decimos, es colocando microinversores entre cada uno de los paneles. Otra de las principales ventajas de este sistema es que se puede obtener información individualizada sobre la generación de cada panel, mientras que con el inversor central la obtendremos solamente de cada string, o bloque de paneles, que llegan hasta el mismo. Además, si uno de los paneles deja de funcionar, lo sabremos inmediatamente y no afectará al funcionamiento del resto de la instalación.

Por otro lado, es más sencillo el mantenimiento de un solo inversor frente a varios microinversores. El coste, aunque cada vez más económico en ambos casos, es lógicamente menor en un solo aparato que en varios. 

La tecnología avanza muy rápidamente en este sentido y aunque la garantía de los microinversores es mayor que la del inversor central, estamos hablando de 20 años de media para los primeros y de unos 5 para los segundos, la decisión de instalar unos u otros debe ser analizada para cada instalación en particular. Si tienes dudas, consulta con los expertos de Bulma Energy